Abdu Mohamed: "El pueblo saharaui está en una situación de emergencia"
Foto: CHUS MARCHADOR
ALEJANDRO BOLEA 09/12/2012El Periódico de Aragón
Abdu Mohamed Fadel está recién llegado a Aragón, donde representa al pueblo
saharaui, que, como el palestino, lleva décadas detrás de un estado propio. En
la diáspora o malviviendo en los campamentos de refugiados de Argelia, los
descendientes del antiguo Sáhara español empiezan a perder su fe en una
solución internacional del problema.
--¿Qué hace un hombre como usted en Zaragoza?
--Ejerzo como interlocutor del Frente Polisario, que recibe, generalmente,
las buenas noticias que le enviamos desde Aragón. Aunque apenas llevo tres
semanas en la comunidad, estoy seguro de que podremos hacer cosas muy buenas
por los saharahuis. Además, coordino las asociaciones de amigos del pueblo
saharahui que hay en las tres provincias aragonesas.
--La versión más común es definirlo como el movimiento de liberación
nacional del Sáhara Occidental, que trabaja para acabar con la ocupación de
Marruecos y conseguir la autodeterminación del pueblo saharaui. También habría
que incluir el objetivo de erradicar los campamentos de refugiados que vienen
existiendo desde principios del año 1976.
--¿Son los campamentos el motor que les mueve?
--Entre otras cosas, sí. Llevamos 40 años en el exilio. Los campamentos
saharahuis que están en Tinduf, en la región argelina, están llenos de gente
que malvive día a día.
--¿Tan grave es la situación?
--Es complicada. El campamento está lleno de tiendas de lona, y aunque hay
alguna caseta de adobe, las infraestructuras son extremadamente delicadas. La
vestimenta y la alimentación es un problema. Lo verdaderamente preocupante es
la higiene. Ahí se carece de todo. No hay recursos y es muy complicado
conseguirlos.
--¿Necesitan ayuda?
--Urgentemente. Somos un pueblo olvidado. Hay que tener en cuenta que la
crisis económica global, no solo la española, ha mermado mucho las ayudas que
recibíamos. Organismos internacionales como Cruz Roja, Acnur, la Oficina de
Ayuda Humanitaria de la UE, o el programa de alimentos mundial han rebajado
notablemente sus subvenciones. Entendemos que no es porque no quieren, sino
porque no pueden.
--¿Cómo es el carácter del pueblo saharahui? ¿Influyen en ellos los
largos años de exilio?
--Los saharauis son personas que por sus raíces y orígenes son sencillas,
humildes y modestas en su educación e idiosincrasia. Por lo general, la mayoría
de ellos suele ser gente muy respetuosa y generosa.
-¿Se adaptan cuando llegan a Aragón o tienen problemas para
habituarse a otra forma de vida?
--Con los que he podido hablar, sí. Están contentos en esta comunidad. Pero
también lo estaban en Asturias, de donde he venido. No tienen excesivo problema
para insertarse laboralmente. Además, gracias a las asociaciones de amigos del
pueblo saharahui, adaptarse es más fácil. Se organizan actividades que ayudan a
establecer lazos de unión entre los que están lejos de casa.
--Uno de sus objetivos principales es ayudar a los niños a venir a
Aragón durante unas semanas.
--Es, probablemente, una de las tareas más reconfortantes. Chicos de 7 a 12
años vienen durante un tiempo a relacionarse con familias aragonesas. Aquí les
llevan al médico, atienden necesidades específicas, y eso es de agradecer.
Conocen otra cultura y lo que hay tras ella.
--¿Cuál es su objetivo para el próximo año, ahora que está a punto
de terminar este?
--Conseguir que la gente nos ayude. El pueblo saharahui vive una auténtica
situación de emergencia. Hay que conseguir que la sociedad se vuelque con
nosotros.